Si sacamos toda la pasta dental que viene dentro de un tubo, será imposible volver a meterla dentro y que todo quede idéntico a como estaba anteriormente. La pasta lo ensuciará todo, el tubo quedará arrugado y vacío.
Algo similar ocurre cuando volcamos nuestro malestar y nuestro enfado con los demás. Nos quedamos vacíos y todo a nuestro alrededor se ensucia.